La anécdota de Toño:
Toño, uno de mis novios dulceros, quiso para el día de su boda una mesa de dulces. Durante la planeación me dijo que moría por una pero que ellos la harían, uno de sus argumentos fue que necesitaban ahorrar…
Empezó a ver qué dulces quería, hizo su lista y esta tarea se la encargo a un familiar. Al final, él termino por ir de compras tanto de los dulces como de las bases y decoración porque, qué tal si no le compraban lo que él quería a buen precio. Hizo su idea en papel de cómo la veía montada, porque el día de la boda pensaba ir temprano a montarla con la ayuda de su hermana, al final tenía tiempo porque la boda era por la tarde.
Para no hacerles el cuento largo, el día de la boda su hermana tuvo que recoger a familia en el aeropuerto y Toño quedo haciéndolo solo.
Así como Toño hay y habrá más novios que igual quieren tener ahorros y que se ven presionados con el presupuesto de su boda. Lo que quiero decirles con este artículo es, que el querer hacer la mesa de dulces y creer que es la solución para ahorrar el pagarle a un proveedor extra, se puede complicar y terminar por no ser ni ahorro y traer más tareas.
El tiempo y el dinero que se tiene que invertir para hacer la mesa de dulces, termina por ser muy parecido al dejarla en manos de proveedores que pueden hacerla a tu gusto y sin que cargues con más, tanto antes como el día de tu boda.
Para los que confían una tarea con un familiar y/o amigo, tomen en cuenta que pueden surgirles otros compromisos o que el día de la boda también quieren disfrutar de la fiesta.
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